Envejecemos desde que nacemos, pero realmente el proceso de declive se inicia de forma más importante a partir de los 35-40 años.
La longevidad de un individuo depende, en gran parte de su genética pero sobre todo y en mayor proporción del entorno, que se conoce como EPIGENETICA. Por lo tanto, no estamos predestinados a ninguna enfermedad y en el desarrollo y calidad de nuestro entorno, esta la clave para nuestra salud.
Que no se haya encontrado la fórmula mágica para no envejecer no significa que no haya formas de retrasar ese envejecimiento y conseguir alargar tu vida funcional durante muchos más años. Existen 4 claves para “robarle años” al reloj biológico y funcional:
